El papel de la Ética en la Medicina Estética

Medicina Estética

Desde la Antigüedad se han aplicado técnicas para el mantenimiento y promoción de la estética y la belleza femenina y masculina. Los fines de la Medicina Estética son la restauración, el mantenimiento y la promoción de la estética, la belleza y la salud, para lo que utiliza prácticas médicas y de pequeño intervencionismo, en las que se emplea anestesia tópica o local y en régimen ambulatorio.

A todo ello se une que es cada vez mayor el número de personas que, sin presentar una patología previa, sí demanda una mejora de su imagen, aspecto que el Sistema Público Nacional de Salud no puede abarcar.

En el siglo XX aspectos como el tratamiento de afecciones estéticas en muchas especialidades médicas, la complejidad en aumento de las técnicas empleadas, así como las responsabilidades legales derivadas de estas actuaciones requieren que este tipo de intervenciones estéticas sean practicadas por un personal médico cualificado.

El objetivo principal que persiguen estas técnicas es ejercer una verdadera medicina preventiva, puesto que un aspecto estético adecuado siempre es beneficioso para el paciente y ayuda al bienestar y a una mejor salud general.

La Medicina Estética nunca utiliza técnicas de cirugía mayor ni que requieran anestesia general, como sucede en el caso de la Cirugía Estética, que en la mayoría de sus actuaciones implica un ingreso hospitalario del paciente.

Mención aparte merece la Cirugía Plástica dedicada a la reparación de las deformidades y la corrección de los defectos funcionales. En ella se engloban intervenciones dirigidas a reparar tejidos del organismo afectados por una enfermedad, accidente o derivados de lesiones producidas por quemaduras de alto grado, casos en los que es más común su denominación como Cirugía Reconstructiva, Reparadora o Cirugía de Quemados.

Decálogo resumen del Código ético de la SEME

1. El objetivo de la medicina estética es el de prevenir, mejorar, y tratar total o parcialmente los aspectos inestéticos del paciente, para beneficiar su calidad de vida. El médico no discriminará a sus pacientes por razones de religión, ideología, raza, sexo, nacionalidad o extracción social.

2. El médico le debe lealtad al paciente en primer lugar y fomentará la confianza mutua.

3. Ofrecerá información pormenorizada sobre las posibilidades de tratamiento para el problema a tratar, con sus peculiaridades y riesgos.

4. Guardará secreto y confidencialidad de todo lo que el paciente le haya confiado y de lo que de él haya conocido en el ejercicio de la profesión. Este deber se extiende a los colaboradores del médico.

5. Debe disponer de todos los medios para proteger la salud del paciente, preservarla o recuperarla. Respetará las normas de profilaxis e higiene. No realizará tratamientos para los que no esté debidamente preparado, ni los aconsejará por razones ajenas a criterios de eficacia e indicación.

6. Respetará y fomentará el compañerismo hacia otros médicos. No interferirá en tratamientos ajenos. En caso de ser consultado por un colega, proporcionará toda la información necesaria.

7. Utilizará los medios de comunicación para garantizar la información y comunicación veraz. Se abstendrá de mensajes que menosprecien la dignidad médica o tengan mero afán de lucro. Nunca fomentará falsas esperanzas o creará falsas necesidades.

8. Ofrecerá los tratamientos indispensables para el tratamiento del problema y fijará honorarios justos y proporcionados.

9. El socio respetará y cumplirá los Estatutos de la SEME y prestará su máxima colaboración.

10. La SEME velará por el cumplimiento del código ético. Salvaguardará los datos de afiliación de los socios y gestionará de forma eficiente los recursos disponibles para promover el interés común de la Sociedad.

Fuente: Sociedad Española de Medicina Estética (seme.org)

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